Cadenas de Suministro
Cómo la aceleración de las energías renovables impactó las cadenas de suministro

Un caso de estudio nos adentra en los detalles de cómo se ha logrado la reducción de costos en el proceso de construcción de estas revolucionarias centrales de energía.

BLK Media

La demanda de energía renovable está creciendo día con día. China, Estados Unidos y Japón lideran la lista de países inversores en una revolución energética que comenzó hace más de dos décadas, pero que en la actualidad ha tomado una velocidad nunca antes vista.

El año de 2020 fue todo un hito para las renovables, pues a pesar de la pandemia causada por el COVID-19, se lograron sumar 260 gigawatts (GW) de energía limpia. Este fue el mayor avance en la capacidad instalada en el mundo para un solo año en décadas, superando en cerca del 50 por ciento la expansión obtenida en 2019, de acuerdo con los registros de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, por sus siglas en inglés).

La generación de estos resultados no es esporádica, está íntimamente relacionada con una mayor inversión en la construcción de centrales de energía limpia en el mundo, pues cabe mencionar que más del 80 por ciento del total de la capacidad eléctrica nueva que se instaló en el 2020 fue renovable.

Este mayor interés por las energías limpias ha impulsado una reducción de costos cada vez más significativa en las cadenas de suministro de todos los componentes de granjas solares, hidroeléctricas, centrales eólicas, entre muchos otros proyectos. A finales de 2020 fue publicado en la revista Energy Policy un caso de turbinas eólicas que es ejemplo de lo anterior.

Investigadores del Centro de Investigación para la Energía en el University College Cork de Irlanda y del Centro de Tecnología e Innovación de IRENA, mostraron que el costo de creación de una turbina eólica -por uno de los fabricantes más importantes a nivel internacional- se había reducido 31 por ciento entre 2005 y 2017. Al adentrarse a los datos, descubrieron que la mitad de esta contracción en los costos fue gracias a la adopción de la energía eólica en nuevos mercados.

Otro factor crucial mencionado por los investigadores se detectó en los precios de los materiales y en los costos laborales. Juntos contribuyeron en un 16 por ciento a la reducción de los costos. Para llegar a esto, el mercado tuvo que sufrir algunos ajustes en la demanda, lo que en un primer momento generó incremento de precios en materiales básicos para las turbinas, como el cobre, el aluminio y el acero, para después contraerse. Internamente, el fabricante también necesitó realizar cambios, requiriendo invertir en el traslado de sus centros de producción a países con mayores ventajas competitivas.

No obstante, el área de investigación y desarrollo (I+D) fue la que menos contribuyó a la reducción de costos, pero su naturaleza inversora lo justifica bien.

De no existir un departamento de I+D, hubiera sido imposible para el fabricante del caso de estudio, o para cualquier otro involucrado en las energías renovables, continuar con la creación de soluciones capaces de adaptarse a los más diversos entornos y necesidades.

Así que, la aceleración de la demanda, la reducción de costos en las cadenas de suministro y las nuevas soluciones han creado un círculo virtuoso para la continuidad en la adopción de energía limpia a través de estas revolucionarias centrales de energía.

Cadenas de Suministro
Cómo la aceleración de las energías renovables impactó las cadenas de suministro

Un caso de estudio nos adentra en los detalles de cómo se ha logrado la reducción de costos en el proceso de construcción de estas revolucionarias centrales de energía.

BLK Media

La demanda de energía renovable está creciendo día con día. China, Estados Unidos y Japón lideran la lista de países inversores en una revolución energética que comenzó hace más de dos décadas, pero que en la actualidad ha tomado una velocidad nunca antes vista.

El año de 2020 fue todo un hito para las renovables, pues a pesar de la pandemia causada por el COVID-19, se lograron sumar 260 gigawatts (GW) de energía limpia. Este fue el mayor avance en la capacidad instalada en el mundo para un solo año en décadas, superando en cerca del 50 por ciento la expansión obtenida en 2019, de acuerdo con los registros de la Agencia Internacional de Energía Renovable (IRENA, por sus siglas en inglés).

La generación de estos resultados no es esporádica, está íntimamente relacionada con una mayor inversión en la construcción de centrales de energía limpia en el mundo, pues cabe mencionar que más del 80 por ciento del total de la capacidad eléctrica nueva que se instaló en el 2020 fue renovable.

Este mayor interés por las energías limpias ha impulsado una reducción de costos cada vez más significativa en las cadenas de suministro de todos los componentes de granjas solares, hidroeléctricas, centrales eólicas, entre muchos otros proyectos. A finales de 2020 fue publicado en la revista Energy Policy un caso de turbinas eólicas que es ejemplo de lo anterior.

Investigadores del Centro de Investigación para la Energía en el University College Cork de Irlanda y del Centro de Tecnología e Innovación de IRENA, mostraron que el costo de creación de una turbina eólica -por uno de los fabricantes más importantes a nivel internacional- se había reducido 31 por ciento entre 2005 y 2017. Al adentrarse a los datos, descubrieron que la mitad de esta contracción en los costos fue gracias a la adopción de la energía eólica en nuevos mercados.

Otro factor crucial mencionado por los investigadores se detectó en los precios de los materiales y en los costos laborales. Juntos contribuyeron en un 16 por ciento a la reducción de los costos. Para llegar a esto, el mercado tuvo que sufrir algunos ajustes en la demanda, lo que en un primer momento generó incremento de precios en materiales básicos para las turbinas, como el cobre, el aluminio y el acero, para después contraerse. Internamente, el fabricante también necesitó realizar cambios, requiriendo invertir en el traslado de sus centros de producción a países con mayores ventajas competitivas.

No obstante, el área de investigación y desarrollo (I+D) fue la que menos contribuyó a la reducción de costos, pero su naturaleza inversora lo justifica bien.

De no existir un departamento de I+D, hubiera sido imposible para el fabricante del caso de estudio, o para cualquier otro involucrado en las energías renovables, continuar con la creación de soluciones capaces de adaptarse a los más diversos entornos y necesidades.

Así que, la aceleración de la demanda, la reducción de costos en las cadenas de suministro y las nuevas soluciones han creado un círculo virtuoso para la continuidad en la adopción de energía limpia a través de estas revolucionarias centrales de energía.

¡Suscríbete a nuestro Newsletter!

¡Gracias por suscribirte!
Pronto recibirás información en el correo ingresado
Ha sucedido un error
Por favor revisa los datos que ingresaste...